La cultura del bienestar ha generado una cierta tendencia a distinguir entre lo bueno y lo malo, estar bien o estar mal, el buen humor y el mal humor .... Se pretende ver como anormal cualquier estado de malestar o incomodidad, incluso hay una cultura que relaciona malestar con culpa, la enfermedad con sentimientos de culpa, como si tuvieramos todas las claves para dominar nuestro estado de animo.
Muchas personas, descartando aquellas que padecen alguna patologia psiquica que se lo impide, tienen fluctuaciones en el estado de animo, es algo normal.
A veces el buen o mal humor tiene una causa perfectamente definible pero tambien sucede que a veces no hay relacion logica entre la causa y sus efectos, podemos ver como hechos insignificantes nos producen malestar o disgusto, sin embargo en otras ocasiones situaciones realmente conflictivas podemos vivirlas con tolerancia y serenidad

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