Hemos admitido el papel de los psicologos y los psiquiatras, aunque no ha sido fácil, siempre hemos tenido un cierto pudor a contar nuestras cosas mas intimas y tampoco se creia del todo en la capacidad de ayuda de alguien ajeno. Ahora estamos en una etapa que las demandas a estos profesionales rebasan sus posibilidades, cada vez estamos menos dispuestos a sufrir, y claro, siempre hay motivos de sufrimiento, con lo cual buscamos a alguien que se haga cargo de ese sufrimiento, como el que llama a un electricista o un fontanero .....
Hemos tomado conciencia de nuestra realidad psicologica, hemos aprendido a valorar nuestra autoestima, nuestro conocimiento y la importancia de nuestra vida afectiva, todo ello nos lleva a analizar mas intensamente nuestros pensamientos "cultivamos nuestras neuras". Esta afición a dale vueltas a esos pensamientos y a las cosas tiene un efecto destructivo. En las consultas de profesionales acuden mas personas con problemas por haber pensado mucho que por haber pensado poco ....la mayoria de veces no hay rastros enfermizos, simplemente es una reacción que no sirve para otra cosa que para dar muchas vueltas a los mismos pensamientos destructivos. (Joan C.)

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